El Presidente Lázaro Cárdenas, casi al final de su mandato, decide impulsar una Reforma Agraria que conlleva la repartición de cientos de miles de hectáreas mediante la creación de ejidos para así desarrollar la producción social agrícola y para dar apoyo político a esa repartición, también emite un decreto por el que el 28 de agosto de 1938 se constituye la Confederación Nacional Campesina (CNC), y con ello la más grande agrupación de campesinos y productores agrícolas en el país.Ello con el fin de que los ejidatarios agrupados en este instrumento defendieran al ejido recién creado.
Sin embargo, como bien sabemos, tanto la CNC, como prácticamente todas las agrupaciones que posteriormente surgieron en el campo, se deformaron totalmente hasta ser viles entes corporativas al servicio y control del Partido Revolucionario Institucional (PRI), corrompiéndose y corrompiendo a grandes sectores del campo vía dádivas.
Este proceso continúo y se acentuó hasta que con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en 2018, decidió retirar todo apoyo y gestoría tanto a la CNC, como a todas las organizaciones ligadas al campo, al instruir que todos los apoyos del gobierno llegara directo al productor. Esta decisión correcta en lo general, tuvo el efecto de que también se desmovilizara y desarticulara a la organización campesina, salvo pequeños sectores.
Para volver a articular la organización campesina, principalmente la ejidal y comunal, y defender la propiedad social de la tierra, que actualmente en México representa el 50.7% de la superficie del territorio nacional, o sea 99.7 millones de hectáreas, con 32,203 núcleos agrarios, en 2020 varios grupos ligados a la lucha social en el campo, principalmente en Guerrero, impulsaron la constitución de Coordinadoras estatales de Comisariados ejidales y comunales, al rededor de la consigna: "El ejido y la comunidad son nuestros", ello con el objetivo de empoderar a los núcleos ejidales, comunales e indígenas, fortalecer sus capacidades de negociación y garantizar sus derechos, articulándose con el proyecto y los programas que para el sector agrario impulsa la 4T.
Esta iniciativa se desarrollo y creció primero en Guerrero, donde actualmente más de la mitad de los ejidos están agrupados en la coordinadora estatal, y han sido el motor para que actualmente ya en Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Guerrero, Edo Mex, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Veracruz, Sinaloa, Durango, Quintana Roo, Zacatecas, Chihuahua, Colima y Campeche, existan diferentes niveles de organización, desde núcleos promotores, hasta Coordinadoras estatales ya debidamente constituidas, y algunas muy fuertes como es el caso de Guerrero, Querétaro, Veracruz, Estado de México, Puebla y Chiapas.
Este nuevo proceso busca llenar el actual vacío organizativo en el campo, en el que los comisariados, siendo los genuinos representantes de los núcleos agrarios, se constituya en el pilar de una nueva forma de hacer política social en el campo mexicano e impulse los cambios a ras de tierra.
Hay que destacar que esté nuevo agrarismo pugna por la preservación y fortalecimiento de la propiedad social de la tierra y una nueva relación Estado-campesinos, una nueva Ley Agraria y programas que realmente activen al campo.
Es en este proceso que la Unidad de las Izquierdas (UI), primero felicita a los compañeros de los grupos y organizaciones que ha iniciado este proceso y llama a qué en los estados en qué la UI está presente, apoyemos y fortalezcamos esta iniciativa, cuyo objetivo es que en marzo del próximo 2023 se constituya la Coordinadora Nacional de Comisariados Ejidales y Comunales de México , y el 20 de Abril de 2023 se realice una gran concentración donde se le planteé al Presidente de la República la necesidad de que se fortalezca el campo y se avance en los grandes objetivos de transformación social del país.