Alto a la represión en Perú y apoyo total a la lucha popular por la democracia y la transformación


  1. Luego del golpe de estado en contra del Presidente Constitucional de Perú, Pedro Castillo, que significó su derrocamiento del poder y su ilegal encarcelamiento, las fuerzas conservadoras y retrógradas del aquel país, se han dedicado a tratar de consolidarse en el poder, a costa de violentar toda la legalidad y reprimir al pueblo peruano.


  1. Hoy existe un gobierno de facto, encabezado por Dina Boluarte, antigua legisladora, que se sostiene únicamente con el apoyo ilegal del Congreso peruano, el intervencionismo del gobierno de los Estados Unidos y la acción represora de la policía nacional y las fuerzas armadas. Por supuesto, este gobierno no cuenta con el apoyo popular, mucho menos cuando ha golpeado y prácticamente masacrado toda la protesta social que se ha verificado en el país, cobrando ya la vida de más de 60 civiles inocentes, cuyo único delito ha sido enfrentar a la dictadura.


  1. Precisamente, ante la ilegalidad desatada contra el gobierno constitucional de Pedro Castillo, diversos sectores del país han emprendido desde diciembre del año pasado, distintas manifestaciones contra el gobierno golpista. Estas protestas se han desarrollado por todo el Perú, especialmente en el sur, en las regiones de Puno, Cusco, Ayacucho y otras.


  1. El amplio y diverso movimiento social que se ha venido alzando gradualmente en el territorio peruano, demanda no sólo la restitución de la legalidad constitucional, con un cese de las funciones del Congreso y elecciones generales adelantadas, sino que ya plantea la instalación de una nueva asamblea constituyente, que tire abajo la actual Constitución de 1993, impuesta en su momento por Alberto Fujimori, luego de su autogolpe, y que instrumentó toda la política neoliberal en Perú, llevando al pueblo a la pobreza y al país al debilitamiento de su soberanía.


  1. Frente a esta situación, la Unidad de las Izquierdas hace propias las demandas de renuncia de Dina Boluarte, el cese inmediato de la represión y la masacre contra el pueblo, que los EEUU saquen sus manos del Perú, renunciando a sus intereses intervencionistas, y por supuesto, que las exigencias democráticas del movimiento social se hagan realidad, para el mejor beneficio de los peruanos y la soberanía del país.